Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2012

II

Dudo que alguna vez haya sido esa tu intención, más bien creo, que jamás pensaste la posibilidad de que pudiera suceder, vos nunca nos creíste posibles, y en algún punto creo que yo tampoco, pero más allá de todo lo que pudo o no suceder, el tiempo nos arrancó un instante, y vivimos en el todo lo que no pudimos en dìas eternos, que se marcharon tan rápido que no llegamos a verlos. Hoy estabamos los dos, el uno frente al otro. No me acuerdo porque viniste a casa hoy, pero nos veo ahora sentados el uno frente al otro, a la luz de una vela tenue, porque eventualmente se cortó la luz. _Hace cuanto que no estábamos completamente solos?-preguntaste _No se, meses, quiza años. _Creo que si.  Suspiré tratando de sentirme menos estúpida. Estábamos ahí solos, en la oscuridad, rodeados de ella, tan inmensa. Mi cabeza no hacía más que arrojarme imágenes del pasado a la mente, de volverlas reales, de arrastrarme a ellos. Se me alteró un poco la respiración. Vi sus ojos, tan dulces cont

*

No puedo prometer que siempre voy a estar de buen humor. No puedo prometerte que puedo comprender siempre, tampoco que puedo cambiar o solucionar todos tus problemas. No puedo jurarte que te voy a querer todos los días como tampoco lo haré todos de la misma forma. No puedo prometer recordar todas tus fechas importantes, ni detalles irrelevantes, no voy a aprenderme tu celular, no voy a buscar la forma de enteder tu linea de pensamiento, no quiero ir a  la cancha con vos, no quiero sonreir porque no quiero, no quiero mirarte cuando esté enojada, no quiero tampoco que me pidas que te quiera. No quiero que intentes quererme más allá de lo que intentes entender. Yo no quiero que me quieras en lo irreal, que me quieras en lo ideal. Quiero que me quieras de carne y hueso, que me quieras imperfecta, que me odies en mis defectos, y me ames mucho más en ellos. No quiero que me entiendas. No quiero que nos entedamos, preferiría que nos gritaramos todo el santo día que finjas entenderme a que

Resignarse

Esperar lo imposible, anelar lo increible, soñar. Soñar despierto, despertar soñando, y no muere, nunca muere, la esparanza nunca muere. Seguimos ahí con la esperanza de que las cosas cambien, pasen, sucedan, sólo porque si, y esperamos. Se nos pasan las horas, los días, el tiempo, se va y no vuelve. Nos vamos nosotros con el, y nuestras ganas. Porque cada vez que un segundo  más se nos escurre entre las manos, una mínima parte de lo que esperamos se nos escapa también. Todo se va. Los días, la esperanza, nosotros. Y terminamos por resignarse.

Las viudas de Santo Domingo

Creo que lo que más recuerdo de muchos años de mi vida son tres cosas, las voces de mis tías, el olor a cigarrillos, y el sol del otoño que apenas calienta la piel. No puede representar nada para muchos, pero, cada vez que me siento al sol del patio, en ese rincòn que todavía le da luz a la tarde, me acuerdo de eso. Los domingos soliamos juntarnos. Al menos durante un par de años fue así.  Pasaron muchos años de mi vida hasta que comencé a escuchar sus charlas, y muchos más hasta que comencé a formar parte, y alguna vez, sentirme identificada con algo. Mis tías a si mismas, cuando yo era adolescente, se decían ''Las viudas de Santo Domingo'' debo de admitir que nunca supe porque. Será porque nos veíamos todos los domingos, o por razones que nunca me dieron y dudo que me vayan a dar. Lo extraño de mis tías es que si bien tienen diferentes edades, y son diferente entre sí, la mayoría de las veces coinciden en hechos de su vida personal. Así fue que cuando tuve diecis

*

Te escuché gritar. Partiste el cielo. Se quebró en mil pedazos, yo me rompí con vos. Te vi marcharte consumido por la furia, el dolor, el odio, te vi como te rompías delante de mi, y no supe que hacer, y fue la primera vez  en meses, que me miraste a los ojos, y ya no pude reconocerte. Ya no nos vi a nosotros dos, no nos encontré en lo que alguna vez fuimos. Tu rostro y el mío están tan devastados por la tristeza, y nos encuentro tan ausentes, como si no tuvieramos más alma, como sí hubiéramos pasado de ser un alma con un cuerpo a un cuerpo vacío, repleto de una nada tan insignificante. Volviste a gritar, sentí como se desgarraban mis cuerdas vocales con tu grito, y me sagraron los oidos. Odio no verte feliz, odio no poder hacerte feliz, y extraño, tanto extraño esa sonrisa que vos solias tener, esa risa tan tuya, tan mía, tan nuestra. 
Elén: Es hora de crecer Ju, a veces no es fácil, a veces duele, a veces hace cosquillas, pero es hora de crecer. Ju: y.. ¿Qué va a pasar ahora? E: No sé. J: Tengo miedo. E: Es normal que lo tengas. J: Decidí por mi Elén, decidí por mi E: Yo no puedo decidir por vos Ju, es tu vida J: Pero, vos sos parte de mi! vos podes decidir por mi! vos vivís en mi! Decidí por mi, se mi conciencia, porque la que tenía desapareció E: No puedo hacer eso Ju. J: Por qué no? E: Porque aún cuando vos sos yo, yo no soy vos. Yo soy una creación tuya, yo no existo, yo no vivo, vos sí, es tu vida, no es la mía ni la de ninguno de ellos, no la podes desarmar y rearmar a tus ganas, tenes que tomar una desición y listo. J: El problema es que ya decidí, pero me da miedo E: Entonces yo ya no puedo ayudarte. Hacelo y punto, y que pase lo que pase, no te arrepientas, lo elegís porque crees que es lo mejor.. J: No, lo elegí, no se porque pero hace tiempo que lo elegí, cuando decidí no elegirla. E: Enton

Life is waiting to begin

Y ahí estaba, sintiendome viva, viviendo diecisiete años de millones de cosas, risas, lágrimas, caídas, y aún así ahora estaba caminando, continunado, después de tantas cosas, con ganas de vivir para siempre, con ese sentimiento tan adolescente,  y a veces creo que es lo único que querría ser toda la vida, adolescente, no quiero una profeción, una vocación, quiero ser ser adolescente para siempre. Lo más triste es que se que es imposbile. Estoy acá, sonriendo porque soy lo que siempre quise, haciendo lo que siempre soñé, en un camino totalmente diferente para los demás,  y sí ellos son a los que creen que estoy mal, pero  yo por el contrario, me encuentro viviendo el esplendor de mi misma, lo mejor de mi, para quedarme para siempre inmortalizada en mis propios recuerdos. Para  ser feliz, hay que hacerse feliz, y yo encontré la forma, y gracias a tantas cosas estaba moldeada para ser absolutamente todo en un instante de la eternidad, en los años que viva, en los que ocupe. Y más all