Entradas

Mostrando entradas de julio, 2019

La enfermedad de los otros

Uno puede enfermarse de otredad. De tanto referenciarse en otros, escucharse, construirse, mirarse, se desvanece el yo que alguna vez existió en aquello que se le presta más importancia que al ser mismo. Yo me había enfermado de otredad. De pensar en otro que está lejos, ese otro que no tiene una figura real, palpable, sino más bien en ese otro que pertenece como a un imaginario, que nos juzga como desde una altura establecida, incuestionable. El otro inmaculado, que encarna la perfección, ese otro que no soy yo, que nunca podré serlo porque carezco de aquello que hace al otro tan otro y a mi tan yo misma. Ese otro que está como omnipresente y sabe, siempre sabe de qué manera es mejor que sea yo. La otredad se me había filtrado en los huesos y no podía no pensar en un otro que hacía cambiar mi estado anímico, que regía mi paz y mis nervios. Otro que habilitaba o reprimía mis emociones, pensamientos y espacios. Había vuelto el centro del universo a ese otro y todo giraba e