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Mostrando entradas de mayo, 2018

¿Qué es la felicidad?

Quise explicarle que era la felicidad, y me di cuenta que no podía, que había cosas que uno simplemente no pude explicar, pero cuando uno trata de hacerlo se le vienen imágenes diversas a la cabeza. Me acordé de las veces que cociné con mis amigas y enchastradas de harina cantamos las canciones que nos encataban cuando éramos adolescentes.  Me ví con mis hermanos haciéndole burla a mi mamá y riendonos a cada lado de la mesa. Recordé las tardes de otoño que me perdí mirando el cielo muy azul con el sol tenue que me acariciaba la piel. Sentí la emoción que me da cada vez que leo mis libros favoritos. La textura de la arena bajo mis pies y como me da un leve escalofrío cuando el agua fría del mar me toca. Las cosquillas que me hace escucharte reir. Todas las veces que no me entró la sonrisa en la cara. Tal vez sea indefinible, in-limitable la felicidad, porque cuando uno la define, la limita, la cierra, y puede que simplemente se trate de infinitas cantidad de situaciones en las que l

Ensayo borrador 1

Borrador 4 de enero de 2018: A modo de consecuencia de una serie de eventos desafortunados del último tiempo que me dolieron bastante me llevaron a preguntarme un montón de cosas sobre la vida y la muerte, qué somos y demás. Me he visto incontable cantidad de veces preguntándome y dándole vueltas a qué son realmente conceptos o palabras que usamos diariamente sin saber exactamente qué son. ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Qué es el amor? A veces me da la sensación que en el inconsciente colectivo se encuentran definidos de una forma saussureana, que su valor está dado por todo lo que los demás no son, y a su vez son a través de los demás, es decir, yo soy Julieta, quién les escribe porque no soy quién me está leyendo, y a la vez yo puedo ser quien le escribe porque existe quién me lea (dicho mal y pronto). Entonces la muerte es por no ser la vida, y viceversa, la vida es por todo lo que no es, y la muerte sí es. La vida es una oración por   tener punto final y la muerte es un p

Día 21

Hace unos pocos días que no hablamos, no sé si deba acostumbrarme a esto, si deba hacerme la idea de que ya no vamos a hablar como antes. Hoy, tres semanas después de que habláramos volví un sábado a capital. Tuve la desgracia de recorrer todos los lugares por los que alguna vez pasié con vos. Agradecí no haber vuelto a lugares trascendentales, cómo esa esquina en la que me agarraste la mano por primera vez, o las plazas en las que pasamos la tarde mirando el cielo riéndo a carcajadas. No. Solo tuve que trancitar por ahí dónde fuí felíz solo con tu compañía, por esos lugares donde me alegré tanto de estar viva, y coincidir con vos. Por todas esas calles que caminé tan abstraída de todo, que no me entraba la sonrisa en la cara porque estaba ahí con vos. Me encantaría poder llamarte y decirte que te extraño. ¿Vos me extrañas a mí, o estás mejor así?. Hay tantas cosas que no me animé a preguntarte, y que necesito saber pero tal vez ya no es el momento y sea demasiado tarde. Tal vez ya n

* (editado, original febrero 2018)

Cerré los ojos destruida y ahí te encontré. Paseábamos juntos, estaba soleado, creo que también hacía calor. Escuchaba tu voz, no recuerdo qué decías pero si que me pedía en ese sonido que tanto me gusta. Se que te miraba, con detenimiento, como cuando pienso cómo me gustaría saber dibujar para poder retratar esas personas que quiero guardar. Sentía el calor que tu cuerpo emanaba contra mi piel. Nos reíamos. Estoy segura que nos reíamos. El tiempo pasaba y parecía congelado porque cuando estamos juntos me acuerdo que no hay nada que me guste más. Miraba tus manos cómo a veces se enredaban con las mías un pequeño instante, observaba su textura y me detenía a percibirla. Sí. Estoy segura de que nos reíamos, y que sea lo que fuere que estabas diciendo me hacía feliz escuchar, porque todavía siento las mejillas tirantes de tanto sonreír. Estoy segura, porque me desperté sola y vacía porque ya no estás acá. Estoy segura que volvía a ese instante en el que eramos felices juntos porque no me