Entradas

Mostrando entradas de abril, 2016

Último día bueno

“Una de las convenciones menos idiotas sobre el género cáncer juvenil es la del último día bueno el día en que la víctima de cáncer goza de unas inesperadas horas porque parece que el inexorable declive se ha estancado de repente y por un momento puede soportar el dolor.” John Green , Bajo la misma estrella. La primera vez que leí este libro, no pude evitar pensar y sentir que este concepto era increíblemente triste, y me preguntaba si sería uno capaz de identificarlo. Por ese entonces, tenía dieciocho años y estaba tratando de entender como llevar la idea de un gran amigo de la infancia con un cáncer fulminante, y pocas ánimos de volver a enfrentarme a un duelo. Si bien entendía el concepto de cáncer, y todo lo que implicaba su enfermedad elegí creer que otra vez no tendría por qué vivir la pérdida de un ser querido joven. Así todo, la vida,  decidió que dos no sean suficientes, y una vez más me ví cara a cara con la muerte de un amigo. Entre una cosa y la otra, este libro con su

Resiliencia

La resiliencia, puede ser vista, como la capacidad o aptitud que posee algunos individuos para superarse de una adversidad. No obstante, no todos los individuos poseen esta característica ni se relaciona con la genética, muchas veces dicha habilidad el individuo la desconoce y la descubre cuando se encuentre en una situación dura que logra su fuerte actitud de superarse y seguir en frente. Toda persona llamada resiliente es aquella que en un momento de su vida convirtió el dolor en una virtud, como: el sufrimiento de una enfermedad, la pérdida de un ser humano, pérdida de cualquier parte de su cuerpo, etc. En consideración de lo anterior, la resiliencia es sinónimo de fortaleza, invulnerabilidad, resistencia, entre otros. Fuente : http://www.significados.com/resiliencia
Desde que tengo uso de conciencia he estado obsesionada con la idea de poder congelar instantes de nuestra vida en la eternidad. He querido incontable cantidad de veces ciertas sensaciones poder atraparlas, plasmarlas en ese preciso momento en el que una sensación tan particular te inunda que resulta realmente complicado definirla. En uno de mis novelas favoritas, el autor la define como “sentirse infinito”, y desde que lo leí, no podría estar más de acuerdo con que esa es la definición perfecta para esto mismo. Sentirse infinito. Ese instante, en el que las carcajadas te brotan por la garganta con tanta intensidad, y las lágrimas se abren paso a través de tus ojos, el estómago se contrae, duele, pero es un dolor feliz. Realmente creo que si a cualquiera le explicáramos qué es sentirse de esta forma en cuestión podría identificar momentos en su vida en los cuales se ha sentido de esta forma. (…)

El pasado que ya no duele

Sin penas ni glorias pasaron los últimos días, un poco aburridos y con cierta pereza, se arrastraron al final del fin de semana. A pesar de tener cosas que hacer, transcurrieron especialmente lento, como si no tuvieran fin. Me puse a reflexionar sobre esta nueva forma particular de correr los días, de esto “nuevo” que ya no tiene tanto de nuevo pero sigo sin terminar de acostumbrarme. Hace apenas tres días concluyó el más raro de mis años de vida, en el que pasaron tantas cosas que me cuesta muchísimo creer que todo esto haya cabido en 365 días. Hace tres días terminó “el año de mis vente años “ y sigo sin poder creerlo. Hace un año  mi vida era completamente diferente, hace siete meses no sabía ni dónde estaba parada, hace cinco, creía que la “hecatombe”  en la que me estaba hundiendo no tendría un fin y que la paz se escapaba de mis dedos como agua, y que no sería nunca más que un anhelo, una utopía. Hace tres meses comprendí que este, era mi nuevo comienzo, la nueva oportunidad q