Resignarse

Esperar lo imposible, anelar lo increible, soñar. Soñar despierto, despertar soñando, y no muere, nunca muere, la esparanza nunca muere.
Seguimos ahí con la esperanza de que las cosas cambien, pasen, sucedan, sólo porque si, y esperamos. Se nos pasan las horas, los días, el tiempo, se va y no vuelve. Nos vamos nosotros con el, y nuestras ganas. Porque cada vez que un segundo  más se nos escurre entre las manos, una mínima parte de lo que esperamos se nos escapa también.
Todo se va. Los días, la esperanza, nosotros.
Y terminamos por resignarse.

Comentarios

Entradas populares de este blog

2019

A mis 19