Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2017

El color del olvido

Ya no me acuerdo tu voz. Tampoco me acuerdo como sonaba tu risa. No me acuerdo como se sentía cuando me abrazabas, mucho menos cuando me hacías cosquillas. No me acuerdo por qué era que contaba los días para volver a verte, ni me acuerdo bien porqué he llegado a sentir tu falta como si me ardiera el cuerpo. Tampoco me acuerdo bien como era tu sonrisa. Creo que muy a mi pesar te terminé dejando ir.  Menos que menos soy capaz de reproducir en mi cabeza tus frases célebres o las cosas que me dirías en determinada situación. Ya no me acuerdo nada de vos, aunque si me acuerdo que solía haber mucho de vos por acá. Me acuerdo que eras capaz de pintarme de colores, de arrancarme carcajadas como nadie y que también eras capaz de frenar mis huracanes. Me acuerdo que eras la primer persona a la que recurría cuando tenía miedo. También me acuerdo de como creí que nos conjugaríamos siempre en presente cuando hablemos de nostros o en futuro. Hoy estás en pasado. Ya no me acuerdo nada de vos. Porq
Lo que niegas te somete. Lo que aceptas te transforma

Claramente - Chano!

Claramente amanece  y las lunas son las de ayer,  que el dolor no regrese,  enemigo que conocés.  Pero desaparece  y se aparece,  cada luna sombría.  No viajaban sus penas  ni apretaba su cinturón,  no peleaba sus guerras  ni al revés, su vocación.  Pero en cada momento  no hacía falta yo ,  Clara no me quería.   Claramente, Clara no me quería,  no me elige y no me elegiría.   Cuando muera mayo, haré mi vida,  Clara no me quería.   Se escucharon las notas  que lloraste anteanoche y hoy,  que desafinarían  la alegría y la decepción.  Yo pensé que la vida  era estar con vos,  pero no me querías.  Claramente, Clara no me quería,  no me elige y no me elegiría.   Cuando caiga el sol, haré mi vida,  Clara no me quería.  Cada tanto viajo a la deriva,  cuando miro la melancolía,  y me acuerdo cuando te reías,  pero no me querías.   Claramente, Clara no me quería,  no me elige y no me elegiría. 
No me creiste cuando te dije que mi sonido favorito en la tierra era escucharte reír a vos, como tirabas la cabeza para un costado y los ojos se te cerraban. No me creiste porque no tenías ni idea la cantidad de veces que me había detenido a admirar ese espectáculo, ni cuántas veces había calculado qué decir para verlo ocurrir delante de mis ojos. Cómo tu cuerpo se contraía, la sonrisa amplia se te estampada en la cara y tu carcajada terminaba de trepar por la garganta saliéndote disparada la boca. Pero no, no te podías imaginar nada de eso, porque nunca te habías visto sonreír de esa manera tan mágica de la que había sido testigo y tantas veces me deslumbró.
Fall in love with being alive.

Nueve

Hoy hace nueve años de que te fuiste, y lo sentí en el cuerpo. Sentí mucho antes de saber que había pasado que mí vida estaba por dar un giro 180° y que jamás volvería a ser la persona que se había despertado esa misma mañana, de lo más campante con trece ilusos años. Hoy hace nueve años que te extaño. Ojalá que dónde sea que estés seas feliz, ojalá algún día nos volvamos a cruzar. Te quiero siempre, mi amigo de nubes, del aire, del viento.
Archivo: 13/09/2013 Supongo que quedaras así, en los recuerdos lejanos, en las sonrisas lindas, en los abrazos rotos.  En las cosas que nunca te dije porque no me animé y preferí callar. En esas cosas que en realidad, no son cosas, son hechos mínimos que nunca pude reproducir, ni explicar. Esos que cada vez que los recordé me robaron una sonrisa y te dejaron suspendido en mi cabeza un buen rato. Esos que te volvían tan vos, y me arrancaban de mi

Vuelta a casa.

_¿Te diste cuenta, boluda? Nosotros fuimos pibes acá. ¿Te acordás?¿Te acordás que pasabamos todo el día boludeando acá, en este patio? y el patio está igual. El patio está igual. Nosotros cambiamos. Sí. Me di cuenta en ese instante en el que lo dijiste, en el que tu voz hizo eco y nos vi de vuelta a todos nosotros jugando riéndonos, cantando, siéndo felices. Nos vi en la adolescencia que dejamos atrás pero compartimos todos juntos. Nos vi partidos de risa, partidos de bronca, partidos en llanto, nos vi viviendo,  te miré y sonreí. Habían pasado tantos años, y los recuerdos seguían intactos. Era verdad, el jardín de mi casa, seguía igual, solo que nosotros habíamos cambiado. Habíamos dejado de frecuentarnos, y el lugar fue quedando vacío. Todos deberíamos poder volver a los lugares y las personas en las que fuímos felices. Todos deberíamos volver a aquellas personas que han sido nuestro hogar. Todos podríamos y deberíamos recordarnos cada tanto de dónde venímos y quienes hemos sido,