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Mostrando entradas de octubre, 2012

I

Para variar la salida la organizó cata. Siempre salimos porque ella lo propone. A veces ni siquiera nos dice a donde vamos. Pone hora y punto de encuentro. Después vemos que pasa. Soy exageradamente puntual, y tengo un excelente control de la hora. Llego siempre, en punto. Cuando llego a la plaza donde acordamos encontrarnos me encuentro sólo con ella. El resto siempre llega tarde, pero ella siempre está ahí antes, por si las dudas. Se toma muy en serio la idea de organizar la salida, y prevee todo. Tanto que a veces, me molesta. Las cosas siempre son igual, hasta que no llega el último no sabemos quienes vamos. Nadie confirma nunca asistencia. ¿Quienes vienen? le preguntó como siempre y la respuesta es la misma. No sé. Parece guionado. Recien media hora más tarde estamos todos. O casi todos. Él todavía no llego. Javier no está. Ninguna de las chicas se anima a preguntar, bien saben ellos que yo soy la que quiere saber, y nadie por alguna razón me quiere deschabar mucho, aún cuando

Escondidas

_A que vamos a jugar? _A las escondidas _Cómo jugamos? _vos te econdes de mi, y yo de vos _Y.. por qué? _Porque no pueden vernos juntos _Por ? _Nose Y yo me fui por mi lado y él por el suyo. Jamás lo volví a encontrar, jamás nos encontramos, y ahora estamos tan lejos.
Y si decidís no volver, sólo te pido que no me olvides. Que no olvides todo lo que compartimos. No dejes que el viente nos borre. No me dejes ir. No ahora. No me sueltes. No niegues todo lo que alguna vez construimos.  No me dejes ir,  porque si hoy me voy, mañana no voy a volver.
 Al principio tu abuela,Perla no me daba ni la hora, siguió su vida como si nada y  yo seguí viendola traer a sus hijas a jugar a la plaza. Todavía María y tu mamá no habían nacido. Al poco tiempo quedó embarazada, por cuarta vez, y el tipo emezó a sospechar que andaba en algo raro, pero quedó ahí porque sus suposiciones eran puro humo, todavía no había pasado nada entre nosotros. Pasaron dos, o tres años así. Hasta que un día, tu abuela, me confesó su amor, como también confezó lo imposible que sería. 'somos un error del destino Adrián esto no puede ser. Perdoname' Lo repitió una y otra vez. Y cuando nos quisimos dar cuenta estabamos los dos entrando a mi habitación, para poder saciar nuestras incansables ganas del otro. Era normal que una mujer así buscara un escape como un engaño. Oscar no le daba ni pelota, y nuestros encuentros se empezaron a repetir. Descuído todo por mi culpa. Ahora me arrepiento. Sí no fuera por esa vez que se olvidó de ir a buscar a las chicas, Oscar
Los amores de verano se acaban por toda clase de razones. Pero al fin de cuentas tienen una cosa en común: Son estrellas fugaces, un instante grandioso de la luz de los cielos, una visión momentánea de la eternidad, y en un abrir y cerrar de ojos se van.