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Mostrando entradas de febrero, 2016

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(...) Así empezó. Una noche de Febrero, en la que el calor me aplastaba contra el suelo, un antro en Palermo, un recital under de una banda que me gusta muchísimo, y las luces amarillas al fondo del escenario, y la música tan fuerte que me atravesó, y supe que ese día era el día en el que empezaba el resto de mi vida. Sonreí, porque entendí que todo había terminado, realmente era el fin, y en ese pequeño instante experimenté una felicidad que me llenó el pecho y comprendí el despertar de la ceguera de la que fuí responsable. Comprendí que yo estaba donde estaba porque lo estaba eligiendo. Sobretodo, elegía ser feliz, por mi, y que esa debería ser una preocupación relevante el resto de mis días.
Revolviendo cosas viejas, me encontré con algo que escribí a los dieciséis años, que a pesar de sonar un poco fatalista, y tener muchas fallas me gustó. Procedere a dejarles por acá una parte de quien era hace cuatro años atrás. No voy a corregirlo, porque sino sería una distorsión de  mi propio recuerdo, de mi misma. " Llovió otra vez de la misma forma que lluevo yo. Porque me caigo del que yo creí mi cielo, y me veo morir en la tierra, porque en cuerpo y alma me desarmo al chocar contra el suelo. Porque me llevaste a destrozarme, más allá de lo que hubiera imaginado. Porque te quiero y no se con qué , me deshago y me congelo en  ese invierno que vo s inventas "
Siempre consideré que escribir es un pase libre al interior del alma, pero, había olvidado por qué era que lo creía. Hoy se la respuesta. Escribir libera todo lo que hay en mi, muchas veces sin censura, es quién soy, me libera el alma, me da una descarga eléctrica que me hace poder seguir. Hoy pienso como es que estuve tanto tiempo sin hacerlo. Sin volver a este espacio de mi que me devuelve vida. 

Vos.

Me gusta la forma en la que me mirás, incluso cuando me encontrás desprevenida y como se te dibuja unasonrisa pícara si te descubro. Me gusta como se escapa la risa de tu garganta, y suena tan auténtica. Me gustan tus pasiones, como la vida te traciende, te transforma, te hace feliz, te frustra, te asusta, te mueve. Me gusta que vivas. Me gusta cuando te enojas, cuando tenes razón y que tengas argumentos, cuando no la tenes, y que jamás se reduzca a un "porque si". Me gusta ver el mundo a través de tus ojos oscuros, qué me muestres lo que ves en el. Me gusta que puedas encontrarme donde nadie más me ve. Me gusta que sepas siempre hacerme reír, y se me estampe la sonrisa en la cara y nadie pueda borrarla. Me gusta de vos, que ya no tengo nada bajo control. Me gusta la forma en la que tus brazos al rededor de mi cintura calman cualquier torbellino en mi mente, y desatan un terremoto en mi cuerpo. La facilidad que tenes para despertar un caos indescriptible en mi, que s

Uno.

Así empiezan las cosas,  una situación común que por alguna razón se escapa de lo ordinario, y entonces todo cambia, le da un giro argumental a la historia, o simplemente es el fin de la vida como la conocemos. Hablo de esos instantes en la vida que en el momento en el que los vivimos no les damos la trascendencia que deberíamos darles, porque sin saberlo ese es nuestro nuevo comienzo, el nuevo “punto de partida”. ¿Este cuál es?, no se. No sabría decirlo, hay más de uno que podría serlo, podría ser la forma que tenía de no mirarme, pasarme por alto, o las luces de esa noche en ese bar de mala muerte, o nuestra primera risa juntos, o esa forma que tenía de sonreírme o muchísimas tantas otras. Asumamos que nuestro punto de partida es todo lo que no pasaba. Cómo sin  entender por qué me ponía nerviosa y como me molestaba que estando acostumbrada a llamar la atención no me registrara. 
You know that place between sleep and awake; that place where you can still remember dreaming? That's where I will always love you. That's where I will be waiting