Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2018

Día 10

Creo que si hay algo en lo que me volví experta en los últimos días en saber no saber nada de mi. Me he hallado incansables veces simplemente estando en tiempo espacio sin tener mucha idea de cómo había llegado ahí. Cuando hablan de estar suspendido en el tiempo creo que se siente un poco así. Estar despegado de la temporalidad, y de la materialidad misma de existir y pasar a ser simplemente sin estar propiamente en uno mismo, en la condición física y finita que es la presencia en si misma. Es como si mi mente hubiera perdido conciencia de sí. Lo más particular de toda esta situación es que tampoco encuentro forma de explicarla de algún modo. Sobretodo no encuentro forma de explicarme a mi misma cómo estoy.  Es esa sensación de tiempo detenido-tiempo en cámara lenta en la que la hipersensibilidad es tal que te anula la capacidad de sentir algo en absoluto. Estoy reducida a estar, y respirar e incluso hay veces que ni siquiera puedo respirar. Hay veces que la realidad se vuelve tan de

Día 1

Volvió a empezar.  Los días eternos, las noches inconclusas en las que lloro hasta quedarme dormida. Cuando te ví supe que el día que te fueras ibas a dolerme hasta lo más profundo, y cuando me diste ese primer abrazo entendí que iba a valer todo eso que algún día ibas a llegar a dolerme. Cómo pude salté a vacío, el domingo me la di contra el suelo cuando me dijiste que ya no iba más. Mientras hablabas y trataba de escucharte a través de cómo me desarmaba desde adentro, recordé cómo hacía no mucho me había despertado al lado tuyo con esa paz que daba encontrarte cuando abría los ojos y mientas te abrazaba saber que me quedaban tantas noches de despertarme en la madrugada y verte dormir, de reírme a la par tuyo y caminar de tu mano. Me duele todo ese futuro que no será, todos esos sueños y proyecciones que no van a poder ser.  Un día soñé que las cosas me salían bien y era capaz de hacerte feliz.  El domingo entendí que no poseía esa cualidad, y que no importa cuánto amor podamos ten

Los monstruos

  Habitan espacios varios, a veces se tiñen de colores, se ponen máscaras divertidas y bailan a la par de los demás. Estallan en carcajadas, te toman de las manos y te sacan a bailar. Entre luces de colores y vaivenes uno se deja llevar, se suelta, se ríe y baila.   Aumenta el ritmo, la velocidad, todo se desdibuja un poco, y de apoco. La luz se vuelve una oscuridad repleta, saturada de color, de información y el desconcierto irrumpe dando lugar al aturdimiento. Habitan espacios varios, con formas múltiples. Los monstruos de las miserias humanas, destrozan los cuerpos originales dando lugar al horror de encontrar que el otro no es tanto el otro sino uno que no pudimos ver.