Hola, gracias por ser mi compañero de aventuras. No sé mucho ni bien qué decir cuando las personas me hacen así de bien, así de feliz. Si puedo decirte que con vos en el medio de la soledad inmensa de la cuarentena nunca deje de sentirme en compañía. Gracias por eso. Gracias por ese amor inmenso que me das que parece que no entiende de distancia. Charlar con vos es estar ahí con vos. No sé cuantos mates compartimos entre el conurbano y capital, en ese lugar en el medio e imaginario que nos pertenece. Me gusta pensar que a veces estamos en tu terraza y otras en el patio de mi casa. Me gusta esta amistad perteneciente al orden de lo maravilloso porque tanto amor me ha sabido sanar.
Me gusta reírme a la par tuya e imaginarme tu mueca desordenada de la carcajada. Me gusta esta casualidad y todas las consecuencias que nos trajeron hasta acá. Ente el universo que nos cruzo y todas estas decisiones.
2019
No me saque ninguna foto con mi familia, ni mis tíos, ni mis primos. Me reí mucho, comi cosas ricas, mis primos me pusieron al tanto de sus vidas, me hicieron un regalo que no me esperaba, bailé con mi sobrino en brazos y me miró con sus pequeños ojitos con tanto amor que sentí que el universo se reducía a nosotros en la casa de mis tíos mientras cantábamos todos juntos las canciones a los gritos. En ese momento, en el que todo se disipó, en el que simplemente estuve ahí, en ese ahora, sentí la liviandad de ser feliz, y quererse a uno mismo, pero también lo hermoso de un hogar lleno de gente que te quiere mucho y vos querés de la misma forma, y que en un abrazo se corta la distancia y el tiempo y ya no importa que tan poco o que tan mucho nos veamos, el cariño es inmenso. Una parte de mi alma vive en esta ciudad. Vive en sus calles numeradas, el parque al que llamó bosque, la arena en la que hundo los dedos de los pies, el olor del mar que me llena los pulmones. Vive en los abrazos d
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