A mis 19

 

Hola. Se que estas líneas llegan desfasadas en el tiempo, llegan tarde. Pero llegan. Se que no estás en un buen momento, ni en un buen lugar. Se que te atragantas las ganas de llorar, y que muchas veces no dormís de la angustia. Se que tenes miedo, de un montón de cosas. Le tenes miedo al tipo con el que estás de novia, a que diría tu familia si se enterara lo que hace. Se que te da miedo que no te hablen nunca más, porque eso sentís que es tu culpa, que vos se lo hiciste hacer. Se que la incertidumbre te atropella una y otra vez. El peso del mandato, lo asfixiante de la exigencia, y la auto exigencia. Esa idea que sin estudios no hay éxito. No hay futuro. No hay nada. Se que sentís que no mereces nada bueno, ni amigos, ni amor, ni felicidad.

Se que te sentís atrapada. En tu cuerpo, en tu cabeza, y en esa casa del horror allá en Lugano, que otros la volvieron literalmente una prisión cuando no te podías ir porque "no encontraban las llaves". Se que naturalizas sus mentiras, así como las disfrazas para que otros no se entren porque a vos te da vergüenza su tiranía. Te da vergüenza que los otros se enteren.

Quiero que sepas que pudiste irte. Aprendiste a salir de ahí. Un día corriste tan rápido como te dieron las piernas y agarraste el colectivo que te acerco al subte y volviste al sur, a tu conurbano querido y ya no volviste a ese lugar.

También aprendiste a pedir ayuda y volviste a hacer terapia y aunque el camino fue duro y arduo, finalmente a los 28 te dieron el alta. Se que te parece imposible, y va a haber momentos en los que desconfíes aún más de esta afirmación; cuando veas los trenes pasar y lo único que pienses sea en saltar. Va a llegar un día que aprendas a desarmar esa oscuridad imposibilitante y abraces la identitaria. Eso que llamaste oscuridad tantos años no es más que empatía desmedida que en su desborde te desdibujo. No te preocupes, vas a aprender a hacerla virtud, a no sufrirla.

Vas a engancharte algunas veces, algunas más en serio que otras. Un día vas a volver a confiar, y vas a poder volver a elaborar que el el amor. Vas a encontrar amistades maravillosas que te enseñen del amor en sus tonalidades y matices, y vas a aprender a amar sin miedo, ni peros ni costos exorbitantes. De la mano de ello llegará un hombre dulce y bueno, que cada vez que te mire será con ternura. Un hombre amable, paciente y sereno que estará orgulloso de tu compañía. Va a presumirte alegremente con todo el mundo. Va a cuidar de vos, permanecerá firme tanto que tus desbarajustes implacables abrazarán su serenidad, pero de tu fuego será el viento. Estará ahí primero que nadie empujándote a que alcances todas tus metas. Confiando siempre en vos, incluso antes que vos. Vas a disfrutar dormirte a su lado, porque su compañía es de los mayores placeres que has encontrado y sabrás entonces que es con quien querés pasar el resto de tu vida. Quédate tranquila, te vas a enamorar, y esa vez va a salir bien. Vas a volver a disfrutar de lo cotidiano, del mate compartido en el silencio de la mañana.

Fundamentalmente quería que supieras que dejamos de tener miedo. Te animaste a estudiar diseño, y encima te animaste a que sea de moda. No solo eso, hoy en día trabajas de lo que estudiaste. Sos autónoma como fantaseabas tantas veces. Te encantó estudiar moda, y por más de que a veces duermas poco, te encanta tu trabajo.

Dejaste de tenerle miedo a ponerle límites a los demás.

Finalmente tuviste un diagnóstico mejor del que te dieron en ese momento. Ya no nos duele el cuerpo, ni estamos cansadas, ni convivimos con el malestar. Ahora somos adultas funcionales que pueden tener una vida normal.

Se que los años que nos separan serán duros, pero confía en el proceso. No solo vas a estar bien y mejor, sino que ese anhelo lejano de "ojalá este mejor en diez años" ha ocurrido.

Se nos cumplió el deseo.
Muchas veces pensé en vos, y en todas las anteriores versiones de nosotras que han habido y en como nos debía y les debía a todas ellas un futuro mejor, un presente que nos guste. Que valga ser vivido, y sobre todo sea disfrutado.

Tranquila. Lo logramos. Abrazamos nuestras propias ideas de éxito. Hoy somos felices. Estamos contentas, estamos tranquilas porque un día entendimos que está bien si la aspiración y la concepción del  éxito nos queda en compartir un mate los sábados a la mañana en la tranquilidad del conurbano en la compañía del amor de tu vida. Esta bien. No necesitamos grandes hazañas. La victoria al final era compartir lo simple de la vida, como la familia que elegimos construir, los amigos que decidimos elegir, la carrera laboral que elegimos.  Al final un día decidiste elegir lo propio, y no correr atrás de las metas de un otro. 

Se que te parecía imposible, pero lo logramos.

Gracias por no rendirte.

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2019