Sol rojo

La tarde que el infierno se trepó al cielo y tiñó el sol de rojo.
 Supe que era un estado y un lugar.
Ahí donde elegís no estar.
Ahí donde la ausencia se encarna y me da caza.
Arde.
Todo arde.
Como el fuego sobre la piel.
Arde.
En el alma.
En tu ausencia y este infierno que se encarna ahí donde ya no estás.
Arde en la memoria.
Arde en el cuerpo que recuerda donde tus manos calaban mi piel.
Se lo devora el tiempo. Se lo devoran las llamas del olvido.
Como el fuego, se deviene en cenizas de este infierno
que trepó al cielo y tiñó mi sol de rojo.

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