Homónimos


Te reís. A carcajadas. Te reís tanto, que me hace cosquillas. Sonrío. Te colgas hablando de algo que no sé si tiene mucho sentido, pero como me quedé en silencio mirándote fijo seguis tu tesis sobre alguna observación extraña que se te pasó en la cabeza en ese momento. Me gusta cuando no paras de hablar de cómo observas el mundo. Me gusta cuando lo explicas así que casi puedo verlo a través de vos. Te sonrió y pienso que nunca pensé que podía sentir tantas cosas a la vez. Creo que es de esos momentos en los que soy tan feliz, que hasta puedo tocarla, como si se hubiera materializado en esta foto que podría sacar de este momento, en el que nos reímos y debatimos un poco cosas que no tienen ni sentido, ni que son relevantes, pero las discutimos como si realmente importaran algo. Hay algo en eso de discutir nimidades con importancia. En la comodidad que hallamos derivada de la complicidad. De reirnos. Nos quedamos en silencio. Creo que la felicidad se puede tocar. Que me puede trascender el cuerpo a un nivel que se materializa ahí, cuando se que no necesito nada y puedo charlar durante horas sinsentidos, dónde nos reímos a la par, y te miro y se que ya no necesito nada porque aprendí a materializar la felicidad, porque ya casi la puedo tocar.

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