Día 2

Es verdad. Ayer lloré toda la tarde y esperé tu mensaje. Me calme cuando supe que estabas bien. Cuando oscureció y volví a la cama para dormir ya me había puesto tu campera hacía rato, como si me diera cierto tipo de seguridad particular. No me la saque para dormir.
Sonó la alarma, y puse el día en piloto automático.  Fui a cursar, tomé apuntes, volví a casa, comí algo y volví a refugiarme en tu campera, como sí eso me ahorrara todo lo que me duele lo otro. Me quedé dormida toda la tarde,  otra vez con tu campera, queriendo olvidarme de todo, esperando despertar con vos.
Pensaba, que loco cuando uno es feliz, todo es de otro color. Ahora simplemente me siento a estar en lugares sin realmente estar, y el tiempo transcurre y yo me quedo estática, esperando que todo pase, que esto termine y recién empezó.

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