Tres coma catorce (1)


Se escuchó un tiro. Rompió el cielo. Nos quedamos atónitos, ni nos movimos. La ciudad está a oscuras, hace ya varias horas y cada vez hace más frío. La llovizna intensa que no para de caer, parece que te agujerea la piel. Las nubes no se van, la luna se niega a irrumpir en el escenario, y vos, vos seguis ahí tan lejos. Más lejos que nunca, te siento así, y no le encuentro razón. A veces no hay razones, ni coherencia para la realidad, simplemente sucede, y no tiene ni pies, ni cabeza, simplemente es.
Es que ya no estas, hace rato que no estas, y no logro encontrarte. Te busco, siempre te busco, en todos lados te busco. Ya no estas. Tus ausencias se vuelven eternas, y estas lejos siempre tan lejos. Tu presencia es efimera, y se vuela en el viento. Ya no te siento. Ya no estas conmigo, ya no hay nosotros, ya no hay nada, y acá en esta ausente Buenos Aires sigue lloviendo. Se sigue rompiendo el cielo, porque vos seguis sin aparecer y los días se van. Se van con mi vida, se van con mi alegría y ahora soy simplemente nada, sólo porque vos no estas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

2019

A mis 19