(3)

Y ella, ella ya no quiso mirame nunca más a los ojos. Todavía a veces cuando la cruzo percivo el desprecio en su mirada. Ya no me quiere cerca de ella, y encuentro tan infinitamente lejanos los días en los que nos reimos a carcajadas juntos, y el tiempo había perdido importancia-
Ahora, ahroa somos dos extraños. Camina a mi lado, y no pronuncia ni palabra, ya los suspiros no escapan de su boca insinuandome que espera que le diga algo. Simplemente, mantiene la vista al frente. Ninguna excusa es lo suficientemente fuerte como para llamar su atención, mucho menos conseguir que su voz suene por mi. Estoy tan cansado de esto. De ser simplemente nada al lado de su presencia, de no conseguir ni una mirada de reojo, y es que necesito (tanto necesito) que con esa dulzura tan suya se enriede en mi cuello y poder entre mis brazos aprisonar su cuerpo. Quiero volver a sentir esa paz que solo ella me da... pero ella, ya no esta, y el invierno, se tornó eterno, no deja de llover. El viento me robó mi instante con ella, y ella mi felicidad.

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