No sos humano.

Miré a Alan una vez más, y ya no recordé mi vida sin él. Sin su sonrisa, y su agradable companía. No pude recordar nada en lo que él estuviera ausente.
Alan es de esas personas que tienen la capacidad de hacernos sentir extraordinariamente bien con nada, sólo con su presencia. Él desde el primer instante me había aceptado como era, incluso también me cuido sin siquiera conocerme. Ahí estaba el, en el umbral de mi habitación mirándome. Se iba a ir como tantas veces, y de alguna forma sentía que era mucho más que una simple despedida.
Nunca, en tanto tiempo, pude entender porque, pero su sonrisa,  me hacía sentir infinitamente tranquila, y ahi estaba, sonriendo, igual que siempre.
Lo mire un instante, y me acerqué a él. Lo abracé en siléncio, y como acto reflejo, sus brazos se enredaron una vez más alrededor de mi sintura.
_A veces creo.. que no sos humano- Dije, todavía con mi rostro escondido en su pecho. Se rió entre dientes.
_Por qué decis eso Iris?
_ Porque si, jamás te comportaste  puramente humano.
_ Que observación tan...
_ Tan.. qué?
_No se..
_No sos humano.
_No se, pero soy y siempre sere todo lo que vos quieras que sea, todo aquello que sueñes, todo lo que vos necesites, para ser feliz.
No era la primera vez que recibia esa respuesta, pero él ya no quizo decir más nada, yo tampoco. Me abrazó con más fuerza, y sentí como se iba de mi. Como me estaba dejando ir, como esa iba a ser la última vez que estuvieramos juntos, como ese abrazo, iba a quedar inmortalizado en mi memoria. Quería que fuera eterno, que el tiempo se detuviera y me permitiera jamás soltarlo. Me aferre a él aún con más fuerza, y las lágrimas comenzaron a rodar por mi rostro. No preguntó porque lloraba, porque él sabía el motivo, yo había descubierto que esto era una despedida.
_No te preocupes, no es tan terrible como parece, crecer no duele tanto como dicen
No pude contestarle, solo sonreí.
Alan, esa noche, se fue muy tarde, tanto que creí que jamás volvería a salir el sol, y me había gando mi eterno instante junto a él, pero no fue así. El sol salío a la mañana siguiente, y yo, desperté aturdida.
Ya no estaba él ahí. Jamás volvería a estarlo. Me descubrí inmensamente pequeña ante un mundo que me vivía poniendo aprueba, y recorde como él me había enseñado a enfrentar todo, como, me ayudo a crecer.
Pasaron los años y hoy muchos después supe que el no volvio, y  si que nunca lo haría. No estoy segura de quien o que era Alan realmente, solo se que me salvó.
Una inmensidad de veces lo extrañé, y creo que fueron muchas más de las que yo recuerdo. Incluso, tengo el borroso recuerdo de haber llorado miles de noches, y cuando sentí desgarrar mi alma, y grité su nombre agobiada por el dolor, su imagen guardada en mi memoria, acudía a mi a traerme esa paz tan suya, a desenterrar el recuerdo de su cuerpo junto al mío, así lograr dormir tranquila. Muchas veces creí esos momentos de inconciencia reales, es que preferí creerlos reales.


Comentarios

Entradas populares de este blog

2019

A mis 19