Y nos agarro
desprevenidos. Sin pensar, sin esperar sin nada. Parecía irreal, como cuando
estas durmiendo, y soñas de tal forma que parece real, y cuando despertas,
dudas de que fue y lo que no.
Es que ese
día en si mismo, no pareció real, el despertar, el vivirlo y su final, y ahora
parece que jamás termina.
Cuando sonó
el teléfono como si fuera una llamada más, y en un segundo, nos arrancaron de
la tierra, nos desterraron del cielo y
caimos al mismo infierno. Nos congelamos
en sus llamas, nos quemamos en el llanto, y le pregutnamos al cielo porque. Estabamos
todos salidos de escena. Nada cuadraba. Ni el lugar, ni el espacio, ni el, ni
nosotros. Ni el dolor, el llanto,
desgarrarse, romperse.
No entendíamos
nada, y como si nada, a nuestro alrededor,
el ambiente no cambiaba. En un instante, arrancaron de nuestras personas
.. y es tan incomprensible, tan
indescriptible, que las palabras no alcanzan.
Y sin
embargo, aún estando tan cargados de
dolor, y tristeza, para el resto del mundo, nada cambiaba. Seguirían corriendo
los días, seguirían callendo las noches,despertando los días, y nosotros
muriendo lentamente en ellos.
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