Día 1.

Hoy hice la cama a tus mañas, porque aunque se que estás a miles de kilómetros tengo la esperanza que cuando me despierte estés al lado mío abrazandome. Se que es imposible, pero no pierdo nada con probar. Con suerte nos vemos cuando duerma o cuando despierte. De cualquier forma, hasta entonces.
                             ~*~
La suerte me acompañó y cuándo logré conciliar el sueño me encontré con vos, aunque sea por un rato te veo sonreír y me refugio en tus brazos. Fue un tanto cruel despertar en la cama vacía. Así todo tu recuerdo tan vivido me dejó sonriendo toda la tarde.
Ya estoy en la cama por ir a dormir, acaba de estallar el cielo con unos truenos que podrían dejar sordo a cualquiera. Ojalá estuvieras acá. Con vos todo me asusta menos, incluso las tormentas de verano.
Voy a proceder a dormir.
Espero que estés bien.

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