Remanente
Siempre me gustó mirarte cuando no sabías que lo estaba haciendo, ahí cuando estabas siendo tan vos que no tenías tiempo para notar que había alguien más.
Tengo un espacio en mi mente en el que guardo todas esas muecas tuyas que hacías cuando creías que nadie te estaba prestando atención.
Siempre me gustó cómo la luz del sol se proyectaba contra tu piel, y como el atardecer se mezclaba entre tu sombra y se iba escapando por la persiana.
Creo que no lo sabías pero descubrí que era la felicidad en compañía de alguien más una de todas esas tardes que me reí contra tu boca mientras bailábamos en la cocina y entendí que pocas personas me iban a poder hacer sentir tan a gusto como lo hacías vos cada vez que me aferre a tu cuerpo y vos al mío y sentí que eramos parte de la misma cosa.
A veces creo que no me iba a alcanzar nunca la cantidad de tiempo que compartiéramos para saciar esta sed que tenia de vos y otras creo que me lo digo solo para poder vivir con la idea de que no me hayas elegido a mi y hayas seguido tu vida ahí donde los caminos nunca nos cruzan, dónde ya no puedo volver a despertarme al lado tuyo.
Hay días que de vos solo tengo un instante, ese que volvés a buscarme y como un recuerdo remanente me vuelvo de carne y hueso y me convierto tu refugio, ahí donde nunca supiste soltarme, ahí en dónde sabes cómo encontrarme.
Tengo un espacio en mi mente en el que guardo todas esas muecas tuyas que hacías cuando creías que nadie te estaba prestando atención.
Siempre me gustó cómo la luz del sol se proyectaba contra tu piel, y como el atardecer se mezclaba entre tu sombra y se iba escapando por la persiana.
Creo que no lo sabías pero descubrí que era la felicidad en compañía de alguien más una de todas esas tardes que me reí contra tu boca mientras bailábamos en la cocina y entendí que pocas personas me iban a poder hacer sentir tan a gusto como lo hacías vos cada vez que me aferre a tu cuerpo y vos al mío y sentí que eramos parte de la misma cosa.
A veces creo que no me iba a alcanzar nunca la cantidad de tiempo que compartiéramos para saciar esta sed que tenia de vos y otras creo que me lo digo solo para poder vivir con la idea de que no me hayas elegido a mi y hayas seguido tu vida ahí donde los caminos nunca nos cruzan, dónde ya no puedo volver a despertarme al lado tuyo.
Hay días que de vos solo tengo un instante, ese que volvés a buscarme y como un recuerdo remanente me vuelvo de carne y hueso y me convierto tu refugio, ahí donde nunca supiste soltarme, ahí en dónde sabes cómo encontrarme.
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