Este es uno de los momentos en los que lo necesito conmigo, no para explicarle que me pasa, sino para simplemente abrazarlo y llorar. Porque lloro y purgo una pena, y una despedida que hasta este momento, no era conciente que necesitase lavar. Lloro, y sufro, porque se que esta vez, realmente es un hasta nunca y no un hasta luego. Porque reconozco que, ya no nos une nada, y que de la misma forma que nos desarmamos a nosotros desarmamos muchas cosas incluyendo esa torcida amistad que tuvimos. Lloro, porque se me rompe el corazón en mil pedazos, por lo que alguna vez, te amé.
De repente, la luz se fue. Me quedé inmovil, sin decir nada, porque, yo sabía que vos estabas ahí. Abrí los ojos , pero esa oscuridad tan inmensa, me tragó. Sentí tu respiración a unos pasos de mi. No quería hablar con vos, con nadie. _Estas bien?- Quería contestarte 'Qué te importa', pero me pareció muy descortez. Hice una mueca de disgusto, y no volvì a hablar. Y descubrí por qué durante tantos años me ponía de mal humor la oscuridad, porque durante tantos años le temí, porque ahí ya no me podía esconder de nada, no había nada que pudiera esconderme de mi misma, y en esa claridad tan particular me descubría a mi. A mi, en mi desastre a mi misma, que tanto me detestaba.
Comentarios
Publicar un comentario