Día 21

Hace unos pocos días que no hablamos, no sé si deba acostumbrarme a esto, si deba hacerme la idea de que ya no vamos a hablar como antes.
Hoy, tres semanas después de que habláramos volví un sábado a capital. Tuve la desgracia de recorrer todos los lugares por los que alguna vez pasié con vos. Agradecí no haber vuelto a lugares trascendentales, cómo esa esquina en la que me agarraste la mano por primera vez, o las plazas en las que pasamos la tarde mirando el cielo riéndo a carcajadas. No. Solo tuve que trancitar por ahí dónde fuí felíz solo con tu compañía, por esos lugares donde me alegré tanto de estar viva, y coincidir con vos. Por todas esas calles que caminé tan abstraída de todo, que no me entraba la sonrisa en la cara porque estaba ahí con vos.
Me encantaría poder llamarte y decirte que te extraño. ¿Vos me extrañas a mí, o estás mejor así?. Hay tantas cosas que no me animé a preguntarte, y que necesito saber pero tal vez ya no es el momento y sea demasiado tarde. Tal vez ya nunca más vuelva a coincidir en tiempo y espacio con vos, tal vez nunca más vuelva a verte sonreír.
Tal vez no te acuerdes que te quiero, ni cuánto te quiero. Tal vez simplemente no te importa, y acá estoy yo desarmándome en lágrimas porque me arde la piel de estar tan lejos tuyo, de ni saber cómo dormiste anoche, si estarás abrigado porque hace frío esta noche.

Comentarios

Entradas populares de este blog

2019

A mis 19