El color del olvido

Ya no me acuerdo tu voz. Tampoco me acuerdo como sonaba tu risa. No me acuerdo como se sentía cuando me abrazabas, mucho menos cuando me hacías cosquillas. No me acuerdo por qué era que contaba los días para volver a verte, ni me acuerdo bien porqué he llegado a sentir tu falta como si me ardiera el cuerpo. Tampoco me acuerdo bien como era tu sonrisa.
Creo que muy a mi pesar te terminé dejando ir.  Menos que menos soy capaz de reproducir en mi cabeza tus frases célebres o las cosas que me dirías en determinada situación.
Ya no me acuerdo nada de vos, aunque si me acuerdo que solía haber mucho de vos por acá. Me acuerdo que eras capaz de pintarme de colores, de arrancarme carcajadas como nadie y que también eras capaz de frenar mis huracanes. Me acuerdo que eras la primer persona a la que recurría cuando tenía miedo.
También me acuerdo de como creí que nos conjugaríamos siempre en presente cuando hablemos de nostros o en futuro. Hoy estás en pasado. Ya no me acuerdo nada de vos. Porque te has gastado en mi memoria, y en el tiempo que corrío entre la última vez que nos hemos cruzado y hoy. Porque se que en algún momento estuviste ahí y ahora ya no estás, y todavía más extraño me resulta que  tampoco me duele, pero se que has estado acá, y también se que ya nunca volverás a estar.

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