A EME A (4)

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Ju Fernández.


(...) Huyo de ellas. Ya salí del curso para cuando mi compañera está contestándome.

Saco la imagen de la cabeza, hay cosas que odio ver, así que prefiero ni recordar. Bajo hasta la planta baja del edificio y me encuentro en el mismo lugar de siempre con mis amigas. Cuando llego están muy animadas cuchicheando sobre la fiesta de hoy a la noche. Todas lo sabemos, es un gran evento. Quisas es el mas importante de cada semestre. Se nos pasa rápido el receso, y volvemos a clase. La realidad es que no quiero seguir escuchando a la profesora, así que subo apurada, agarro mis cosas, y me voy antes de que ella llegue. Decido que lo mejor que puedo hacer un día como hoy es ir a recorrer todos los locales de ropa que necesite hasta encontrar, eso que me quede perfecto para esta noche.
Por suerte, antes de la una estoy en el subte de vuelta a casa, con tres bolsas que me cuelgan de los brazos. Después de una hora de viaje, gracias al cielo, me espera la casa vacía. Dejo las bolsas, y me tiro a dormir. No tengo ganas de que nadie me diga que está la comida, y seguir inventado excusas, que aunque ya las tengo sumamente ensayadas, practicadas y demás, me sigue aburriendo repetirlas.
Antes de que el sol se esconda me despierto, y a eso de las siete decido levantarme. Tengo cosas que hacer. Llamo a mis amigas, arreglamos como ir, y empieza el ritual. Bañarse, cambiarse, maquillarse e irse.
Ana llega tarde a buscarme igual que siempre. Me dan ganas de matarla, pero una vez que ya estoy en el auto con ella Merlina y Alicia, está todo bien. Ya nada me molesta. Hace cinco años, jamás me hubiera imaginado en este lugar, yendo con ellas a estas fiestas. Las tres siguen perteneciendo a la A EME A igual que hace cinco años. Merlina s la más fiel. Es envidiablemente flaca, su cuerpo es hermoso, perfecto. Algunas veces, que salgo con ella, la odio un poco. Su conducta es admirable, y su físico una belleza. Yo daría lo que fuera por poseer una milésima de su hermosura.. pero no la tengo. Doy asco, pena. Sí alguna de nuestras diosas se materializara, podría jurar que tendría la imagen de ella. Su sonrisa esplendida.. Todo.
A la hora y media llegamos a Asia de cuba. Un boliche conocido de Puerto madero que lo alquilan las personas con más trayectoria en nuestra organización.
La fila parece eterna. No vamos a entrar más. Las chicas se quejan de lo mismo. Hay muchas caras conocidas, pero nadie cerca de la entrada. Una hora  más tarde estamos entrando.  Ana y Ali están de mal humor, sobre todo porque Merli desapareció hace un buen rato, y la vimos entrar sola, sin nosotras. Ya una vez adentro, la localizamos bailando descontroladamente sobre una plataforma metálica que se mueve como si fuera un asensor con un caño en el medio, donde las personas bailan. Tiene una botella en la mano, se ríe y se niega a bajar. Admito que me preocupa un poco que esté ahí arriba. Pero no voy a ir a bajarla. Subió sola, y yo vine a divertirme también, no pienso pasármela cuidándola. Ya es grande. Empiezo a bailar con mis amigas y alguien se me cae encima. Casí me aplasta contra el suelo.
_uy disculpá –dice
Miro con desprecio, y mis ojos me sorprenden. No lo conozco. No se quien es. No es de los nuestros.



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