8. Las viudas de santo domigo

Ese fue el problema. Al principio tu abuela, perla no decía nada. Siguió su vida como si nada y  yo seguí viendola traer a sus hijas a jugar a la plaza. Todavía María y tu mamá no habían nacido. Al poco tiempo quedó embarazada, por cuarta vez, y el tipo emezó a sospechar, pero no dijo ni hizo nada. Pasaron dos, o tres años así. Hasta que un día, tu abuela, me confesó su amor, como también confezó lo imposible que sería. 'somos un error del destino Adrián esto no puede ser. Perdoname' Lo repitió una y otra vez. Y cuando nos quisimos dar cuenta estabamos los dos entrando a mi habitación, para poder saciar nuestras incansables ganas del otro. Era normal que una mujer así buscara un escape como un engaño. Oscar no le daba ni pelota, y nuestros encuentros se empezaron a repetir. Descuído todo por mi culpa. Ahora me arrepiento. Sí no fuera por esa vez que se olvidó de ir a buscar a las chicas, Oscar jamás hubeira sospechado nada. Tu mamá ya había nacido para ese tiempo. Tenía un par de meses. El tipo este, estaba loco, y nosotros cometimos el estúpido error de probocarlo. No me arrepiento de nada que haya vivido con tu abuela, pero.. si lo hubieramos evitado..- Se le quebró la voz. Suspiró. Yo sabía como terminaba la historia, y me hubiera gustado tener el valor para decirle a Adrián que no importaba, que dejará acá, pero su relato me había tragado, y era como si todo estuviera sucediendo otra vez delante de nosotros. Adrián me miró con los ojos llenos de lágrimas, y volvió a hablar- Oscar contrató un tipo para que siguiera a tu abuela, descrubrió todo, y un día sin decir nada no fue a trabajar. Se quedó en la casa. Ella había arreglado conmigo para vernos. Él estaba completamente fuera de sí. La molió a golpes. Cuando yo llegué la casa estaba patas para arriba y ella tirada en el piso de la cocina, sangrando. Apenas podía moverse. Las nenas no estaban por ningún lado, y empezaba a temer lo peor. Me acerqué a ella, y solo en un susurro me dijo ''llevatelas adrián, él cree que no son sus hijas. Las va a matar. Llevatelas. Vos podes hacerte cargo de ellas'' . Yo no tenía donde caerme muerto, y ella se estaba muriendo. Las cinco hermanas, quedandose sin madre, y yo tenía que arrancarlas de su padre.
_pero.. Perla- Intenté decirle. Ella sólo negó con la cabeza y tomó mi mano. A penas le quedaban fuerzas, tenía el cuerpo lleno de moretones, y el pelo inundado de sangre.  Sus lágrimas y las mías no paraban de caer, y parecía que hacían un estruendo. La tenía que dejar. Tenía que dejarla antes de que él volviera, tenía que dejarla morir, para salvarlas a ellas, que eran lo único que quedaba del amor de mi vida. Apreté su mano con fuerza. Y le pregunté donde estaban las chicas, y antes de levantarme y por ultima vez mirarla a los ojos, quise despertar en mi cama agitado, descubriendo que todo era una  pesadilla, pero para mi desgracia no sucedió. Le dije que la amaba, y ella me rogó que nunca la olvide. Me levanté, encontré a las chicas aterradas en el sotano. Olga tenía a Laura en brazos, Ema a María y esther estaba agarrada de las dos hermanas mayores. Cuando me vieron sonrieron, ellas me conocían. Olga no tenía más de siete años, pero era re viva. Ya sabía como eran las cosas. Nos fuimos, los seis, para el barrio. Mi mamá cuando llegué con cinco nenas, se espantó, pero nos las arreglamos. Oscar nunca las encontró o no se preocupó por buscarlas. Era una historia difícil de contar a unas nenas, así que preferimos inventar otra. A oscar lo borramos del mapa, y tus tías me adoptaron de padre. Tu abuela en teoría habría muerto en el parto de su última hija. Tu mamá creyó que su  papá durante muchos años, hasta que un día la estúpida de Estela por pelearse conmigo le contó la verdad. No quiso vernos nunca más, y se fue con él tipo ese que se hace llamar tu papá. La familia de tu abuela es así, es bien jodida. Al principio, me odiaban.. principio.. por como cuarenta años me odiaron. No lo dijirieron nunca el tema. Supongo que tampoco es algo fácil de dijerir, no?.
El sol nos encontró desprevenidos, el cielo se había aclarado en silencio mientras que la voz Adrián resonaba.
_Vamos, tenemos que irnos nena.
No le iba a pedir a Adrián que a estas horas y con el cansancio que yo sola asumí que tenía me llevara a casa. Llamé por el celular a un amigo Valentín, que sabía que vivía mucho más cerca de ahí que yo. Como una hora más tarde llegamos a la puerta de su departamento, yo me bajé, y adrián se fue. Valentín bajo en pijama a abrirme.
_Linda hora para visitarme eh?-
_Perdón, es que no tengo donde dormir.
_¿Cuantas veces tengo que decirte que podes mudarte conmigo?
_No se.
_¿Es por el imbecil de santiago?
_No.. me pelee con él.
_Entonces tenes que ponerme un poco al tanto de todo. Me perdí varios cápitulos de tu vida. - Se rió entre dientes, y entramos al departamento. Era bastante chico, pero para ser una sola persona la que vivía ahí, estaba más que cómodo. 

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