4- Viudas de santo domingo


_Le avisate a tu mamá nena?
_.. ¿Para qué le va a avisar si ya la conoces a Laura? No se haría cargo de que la conocía..
_Ema, no seas así. Es su tía la conocía.. debería ir, respeto a la familia y al nombre que tiene.
_ Pero sabes bien que su madre no se hace cargo de nada de eso. Seguro está muy orgullosa en su gran mansión con amigos de su ‘clase’ y bien se olvido de que ella creció acá.
_Tema de Laura si quiere o no venir, ustedes no sean dos nenas peleandose y demuestren la edad que tienen. Al final, la nena se porta mejor que ustedes…
_Adrián, ya no soy una nena.. tengo veinte años.
_Para mi siempre vas a ser ‘la nena’- dijo y sonrío con dulzura. Adrián era un persona muy fría, y jamás se le escapaba el afecto. De hecho era una de las pocas veces que lo veía expresar algo de cariño.
No se cuanto tardamos a decir verdad en llegar a Castelar, se que me quedé dormida en cuanto me subí a la camioneta de Adrián. Un viejo trasto, que se caía a pedazos pero que nos llevaba  a todos lados. María me despertó cuando llegamos.  Ester no había venido, estaba trabajando.  Bajaron mis tres tías y Adrián. Me quedé unos minutos más para tratar de con algo de maquillaje tapar mi cara de abatida en la vida, pero después pensé que pegaba mejor con el escenario y dejé de preocuparme tanto por ese tema.
Adrián fue el único que no se quedó afuera, entró a saludar a todos. La prima ‘Yoli’, estaba en la puerta mirando a través de esos anteojos tan horribles quienes Venían o no al funeral de su madre.
_ Y tu mamá Belena?- me sorprendí cuando me reconocieron.
_Eh… Está trabajando…
_ O no quiso venir..
_yo…
_Y si.. tu mamá nunca quería venir a las reuniones familiares. Ni a las lindas, ni a estas. Siempre se escapó bastante de nosotros. Le damos asco.. ¿Sabes por qué?
_Eh.. No.
_ Porque nosotros no somos como ella.. somos ‘de la plebe’. Bah, pavadas..
_Yolanda, anda cortandola que Belena no te hizo nada. Vení nena. Vamos a la plaza con tus tías.
_Olga, siempre tan tosca vos ..
_Y vos tan desubicada.
Crucé la calle con ella, y por impulso, le tomé la mano. Cruzamos juntas. Me sentía pequeña ahí. Ema y María estaban acostadas en el pasto húmedo. Se habían sacado los zapatos.
_ Que bodrio esto- comento Ema mientras prendía un cigarrillo.
_ Y es un velorio, ¿qué esperabas?-
_Tenes razón Olga, pero esta gente, encima me caen pésimo.
_ Si, nunca nos llevamos bien.
_ Por qué?- Me atreví a preguntar.
_No sabemos bien porque. Él que sabe es Adrián. Nosotras ya de chicas tenemos ese roce. Viste como son los grandes. Ellos tienen quilombo, te lo inculcan y te queda en las venas. Que se yo. Jamás tuve un tema personal con Yolanda o sus hermanos, pero nos llevamos pésimo.
_Y nunca lo hablaron?
_Antes no se hablaba nena. Las cosas eran así y punto. Vos sos de otra época.
Olga simpre tenía esas respuestas, pero era verdad. Yo era de otra época. Era mucho más joven que ellas y había vivido otras cosas. Yo si me animaría a cuestionar lo impuesto, en cambio, ellas debieron crecer en el silencio y una ribalidad infudada en la familia.

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