Hace horas que Buenos aires está a oscuras, que el sol se retiro por completo. La temperatura va bajando de a poco, yo sigo caminando por las vias del tren. Me pasan por al lado y yo sigo mi camino. Los faroles esta noche no se encienden, estamos de luto. Las personas siguen su camino como si nada, como si las llevara en verdad a algún sitio. Ahora yo se que no es así, nada nos lleva a ningún lugar en especial. Sigo caminando. Ya no se si es por inercia o por qué, simplemente lo hago.
Justo cuando descubro que estoy desabrigada, me doy cuenta de que estoy helada. Tengo frío. Me cruzo de brazos y sigo camino.
Me preguntó que tan lejos podes estar, que habrá sido de vos en todos estos meses, sinceramente no sabía, pero prefería mantenerme en la ignorancia estamos bien así.  Llegué a casa no mucho tiempo después.
No me dediqué a pensarte, tampoco en el millón de cosas que debía de hacer, simplemente, me tiré en mi cama y dejé que mi sueño profundo tragara mis inquietudes. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

2019

A mis 19