Histeria*

Si era realmente sincera conmigo misma, no entedía porque estaba enojada con Alan, simplemente lo estaba. Lo mire con los ojos inundados de lágrimas, lágrimas de odio.
_Por qué seguis acá Alan?
_Porque seguís buscandome.
_Entonces no me dejes encontrarte.
_ Serìa mucho más sencillo que te decidas que queres.
_Es que ya no se que creerte Alan.. QUÈ SOS?
_ Todo lo que vos quieras que sea siempre..
_No!- Grite ya completamente fuera de mi- No quiero una respuesta que me robe una sonrisa, quiero saber qeu sos Alan!
_Qué podría ser yo Iris! decimelo !
Me quedé callada.. no podía responder a su pregunta. Me sentí idiota, y minuscula. Yo, y todas mis absurdas teorias sobre lo que el podía o no llegar  a ser, y sumamente patética por la cantidad de hroas que había pasado especulando que podía o no ser él, y me quedé callada a su lado, una vez más. Mi cuerpo, hervia, a causa de mi enojo, y sin embargo, con la misma simplesa de siempre,  que a veces, a mi concideración rozaba con el absoluto descaro, extendió su brazo, y lo coloco al rededor de mis hombros, empujándome con suavidad contra su cuerpo. Una vez más y como siempre, mientra se reía por lo bajo, me pedía que no me enojara, y en ese instante, volví a sentirme en paz con el mundo.

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